China y la guerra del Opio
La guerra del Opio o Guerra anglo-china ocurrió entre
1839 y 1860 y fue el resultado de los conflictos comerciales entre China y el
Reino Unido. China estaba intentando prohibir el consumo de drogas,
particularmente del destructivo opio que generaba fuertes adicciones entre su
población con las graves consecuencias sociales y económicas mientras que Gran
Bretaña contrabandeaba el opio procedente de la India británica y lo introducía
en China.
Durante el siglo XVI China y Europa comenzaron su
intercambio comercial marítimo. Se establecieron colonias portuguesas en India
y Macao, España adquirió las Filipinas, y el comercio creció aceleradamente.
Desde Manila partían galeones cargados con las riquezas de Oriente.
El emperador Qing intentó limitar el contacto con
Occidente permitiendo que solamente Cantón estuviese abierto al comercio,
imponiendo a los europeos pesados trámites y restricciones para la venta de sus
productos y protegiendo sus propios monopolios de producción de la competencia,
con lo que los precios subieron y la demanda china de productos europeos bajó;
España inició la venta de opio a los chinos, junto con tabaco y maíz para
equilibrar el déficit.
En el Reino Unido, había gran demanda de té, seda y
porcelana chinas, pero los productos británicos no estaban posicionados en
China, por lo que el país tenía un fuerte déficit comercial y los artículos
chinos tenían que pagarse con plata. Para compensar el déficit, siguió el
ejemplo de España, vendiendo a los chinos el opio que se cultivaba en la India
británica. El comercio del opio creció y la plata británica disminuyó en China.
En 1729, el emperador Yongzheng prohibió su comercio, por
la gran cantidad de adictos que generaba. La prohibición generó el conflicto,
pues mientras el emperador chino veía en la droga un peligro para la población,
los británicos veían en el comercio del opio una manera de compensar el
comercio con China, pues la droga les generaba ganancias cercanas al 400 por
ciento. Las guerras que se entablaron por esta razón y los acuerdos y tratados
que les siguieron, llevaron a abrir los puertos chinos al comercio y a colapsar
la economía china.
La droga se cultivaba en China desde el siglo XV, se
mezclaba con tabaco de acuerdo con una receta inventada por los españoles, los
holandeses dominaron el mercado a partir del siglo XVII y el consumo se
generalizó tras el contrabando británico en el XVIII. Tras percatarse de los
problemas de salud vinculados con el opio, en 1829 el gobierno imperial chino
prohibió su consumo; la droga comenzó a circular clandestinamente.
El Emperador Daoguang, alarmado ante el creciente y
desenfrenado consumo de Opio en China, encomendó a Lin Hse Tsu su combate. Lin
Hu Tsu ordenó la destrucción de cerca de veinte mil cajas de opio y envió un
correo a la Reina Victoria pidiendo que respetase las reglas del comercio
internacional, no introduciendo más opio a suelo chino. Por toda respuesta, en
noviembre de 1839, la reina Victoria envío a la flota británica para atacar a
la armada china en Hong Kong, iniciándose la contienda, de la resultaría
derrotada China. En la guerra del Opio estarían implicadas otras naciones, como
Francia, aliada y socia comercial de Gran Bretaña y Alemania.
Tras perder, China se vio obligada a tolerar el comercio
del opio y a firmar tratados unilaterales y humillantes en los que se le
forzaba a abrir sus puertos, en el Tratado de Nankín, China cedió Hong Kong a
Gran Bretaña y amplió el territorio de concedido a los portugueses.
El sentimiento de vergüenza y humillación provocaría
otras rebeliones en China como la Rebelión Taiping en 1850 y que se consideró
una segunda guerra del opio, la Rebelión Boxer en 1899, y finalmente el
levantamiento armado encabezado por Sun Yan-set y el Kuomintang, que traería
como consecuencia el derrocamiento, en 1911, de la Dinastía Qing.
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